La pérdida de audición es un proceso natural provocado por el paso de los años. Aunque hay otros factores como son los ambientes sonoros a los que nos sometemos lo cierto es que los problemas empiezan a aparecer cuando vamos cumpliendo años.
La primera actuación que debemos llevar a cabo es evaluar su audición. Esto es algo que recomendamos a todas las personas independientemente de su edad. La pérdida auditiva aparece sin que nos demos cuenta por lo que únicamente la vamos a poder descubrir a través de unas evaluaciones rutinarias como las que practicamos en el Centro Óptico y Auditivo Paracuellos.
Todos conocemos a alguna persona que sabemos que no escucha bien pero aún así sigue negándolo. Por eso estas pruebas son tan necesarias. Además, en caso de descubrir alguna anomalía los remedios siempre van a ser más efectivos, cómodos y económicos. Por otra parte, al tomar medidas podemos ralentizar el proceso de pérdida auditiva. Y en muchos casos, cuando hablamos de no oír nos referimos a no entender. Son muchas las personas que escuchan lo que les dicen pero no lo entienden.
En nuestro Centro Auditivo de Paracuellos vamos a estudiar su caso concreto de pérdida auditiva y le vamos a recomendar la solución auditiva recomendable. En muchos casos esta solución consiste en el empleo de audífonos. Pero no se preocupe puesto que solamente le vamos a recomendar los que verdaderamente precise. Y los adaptamos a sus condiciones de pérdida auditiva, a su ritmo de vida, necesidades y rutinas. Los audífonos son a la audición lo que las gafas a la vista.
PERDIDA AUDITIVA Y DETERIORO COGNITIVO
Está demostrado que la pérdida de audición que no se trata provoca daños más graves que el hecho de no escuchar, y es que el deterioro cognitivo se agrava ostensiblemente cuando las personas no escuchan en buenas condiciones.
Debemos entender que las personas que no escuchan bien tienen problemas para relacionarse por lo que poco a poco van renunciando a la vida social y encerrándose en si mismas. Al dejar de percibir estímulos externos y comunicarse en buenas condiciones pueden empezar los problemas de estrés, aislamiento, soledad, depresión y, además, el deterioro cognitivo se acelerará.